Atención, se acerca el periodo vacacional, y con él, el inevitable aluvión de fotografías y videos que nuestros contactos compartirán en sus muros sobre lugares exóticos, playas paradisiacas, deliciosos manjares, eventos varios… Lo sabemos, el eterno postureo en las redes sociales puede ser fuente de envidia y depresión.
Existen varios estudios que indagan sobre la posibilidad de que Facebook afecte a nuestra salud mental. Según una de las investigaciones más recientes al respecto, esto dependerá del uso que le demos a la red social: quienes le dan un uso de “vigilancia” a Facebook, las personas que tienden a comparar las actualizaciones de sus amigos con sus propias vidas, son las más propensas a padecer síntomas de depresión.
Facebook, y el resto de redes sociales, pueden tener efectos muy positivos sobre nuestro bienestar; pero si no las usamos correctamente, también pueden tener el efecto contrario. Es por ello que la “alfabetización” en redes sociales se convierte en un elemento clave: la lectura que hacemos de los contenidos en redes sociales es tan importante como nuestra manera de presentarnos frente a los demás.
Aunque es muy probable que la responsabilidad sea compartida entre el receptor y el emisor del mensaje. Por supuesto que tenemos que estar preparados para poder digerir los montones de fotos de vacaciones de nuestros amigos mientras estamos trabajando, pero, ¿qué decir de estas personas que comparten las fotos de sus pies en la playa, la paella que se acaban de comer, el vídeo del último concierto al que asistieron? ¿Es el suyo un acto desinteresado y altruista de compartir lo vivido?
Al igual que los estudios que analizan los efectos de las redes sociales en nuestra salud mental, los que hablan sobre el postureo y las ganas de presumir o suscitar envidia también abundan. En este caso quienes hacen este tipo de uso de las redes sociales puede que no noten sus consecuencias directas, pero estarán alimentando el mismo mecanismo.
Por otra parte, cada uno es libre de publicar y de leer lo que le plazca, y nuestra es la libertad de seguir o dejar de seguir a ciertas personas, pero ¿qué pasa cuando este mismo tipo de contenido salta a Whatsapp?
La mayoría de los estudios se han centrado en Facebook por ser una de las redes sociales con más adeptos, pero en el caso de Whatsapp los efectos pueden ser devastadores: el emisor del mensaje en este caso sabe muy bien quién recibirá su próxima foto de las vacaciones. El “double-check” azul se encargará de garantizar que el mensaje ha sido recibido.
De los creadores de “La envidia en Facebook puede provocar síntomas de depresión” ahora llega el temido, “menos mal que mis amigos de Whatsapp me envían todas y cada una de sus fotos disfrutando de…” ¿sus vidas? La verdad es que nos cuesta creer que alguien pueda disfrutar de un helado frente al Coliseo mientras sujeta su móvil con un dichoso palo para selfies.
Por eso, este verano os animamos a que disfrutéis de vuestras vacaciones y que compartáis con prudencia vuestras fotos y vídeos ¡quienes se queden en casa os lo agradecerán!